Un viaje al marketing de 1920’s, con enseñanzas magistrales para hoy.

Robert Collier era lo más parecido a una agencia de marketing digital de la actualidad.

Las marcas lo contrataban para generar ventas.

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¿Cómo lo hacía?

Cartas por correo postal.

¿Y qué lograba con sus cartas? Millones y millones de dólares en ventas. Era la gran eminencia del momento. Era la locura.

Libros, suscripciones a revistas, maletas, trajes, medias, camisas, lociones. Cualquier producto, de hecho, decía que no necesitaba conocerlo para venderlo.

Porque vender no se trataba del producto, sino de las emociones que generaba su carta.

Las mandaba y llovían pedidos.

Convencía a la gente de comprar sin si quiera ver el producto. A punta de copys, de texto. 

¡Imagínate lograr eso hoy! Si teniendo sitio web, videos, fotos, gifs, reels, influencers, nos cuesta infinito generar una venta.

En este libro plasmó su metodología, publicando y explicando las cartas que redactó y envió a lo largo de su carrera.

Es una clase magistral de copywriting que vale oro. Collier te va explicando sus métodos y te muestra como los plasmaba en sus cartas reales, para diferentes públicos, productos y objetivos.

¿Y sabes cuál era su método?

¡EXPERIMENTAR!

Redactaba cartas que generaran emociones, validez, y urgencia. No eran cartas cortas, eran largas. Él mismo dice como ese mito que la gente no lee era mentira.

Probaba varias cartas en poblaciones pequeñas para encontrar cuál era la línea de comunicación que más pedidos generaba.

Y esa era la que mandaba al resto de su base de datos en las principales ciudades.

Es increíble, parece que estuviera escrito hoy. Parece que supera de marketing en redes sociales y de nuestros problemas para encontrar anuncios que vendan. 

Vas a aprender cómo estructurar un mensaje. Cómo generar emociones en tus textos. Cómo generar urgencia y escasez para lograr ventas de inmediato. Vas a aprender de sus errores para evitar cometerlos. 

Vas a aprender los pilares de cómo escribir para vender.

Lo vuelvo a ratificar, el mejor conocimiento es atemporal. Y el mejor libro, es el que se escribió hace 100 años y sigue vigente hoy.