A T Ó N I T O
Lo leí boquiabierto. Las historias que cuenta. El plot inicial. Casos de la vida real que parecen sacadas del mejor thriller de ficción.
Un libro que te hace ver el mundo de manera diferente.
Te engancha como la mejor serie de Netflix. Malcolm Gladwell, ídolo.
Todo el tiempo nos encontramos en situaciones donde debemos descifrar a una persona que no conocemos. Resulta que la manera en que lo hacemos está estructuralmente mal. Como humanos somos ineptos en esa tarea, nos está llevando a desenlaces fatales.
Mis tres aprendizajes clave:
1. Tenemos una condición de sesgo a la verdad. Creemos en la persona que tenemos al frente. Creemos que nos dice la verdad. Sin esa condición no podrías tener ni una conversación, no habría sociedad. Debemos reconocer el sesgo y entender no juzgar, cuando alguien cae en él.
2. Nos resulta imposible saber si una persona miente. Ni los expertos investigadores del FBI son capaces. Juramos que los gestos de una persona siempre demuestran lo que está sintiendo/pensando. Ese "siempre" es un error.
3. No podemos seguir obviando los errores que cometemos al evaluar un desconocido. No podemos seguir creyendo que podemos descifrar una persona con mirarla o escucharla. Mucho menos con leer una noticia. El contexto importa. Estamos destruyendo vidas. Estamos cometiendo errores muy graves. Nos hace falta humildad.