El supuesto equivocado es creer que la mayoría de gente, la mayoría del tiempo, toma decisiones que están en su mejor interés. Falso, obviamente falso.

Un montón de sesgos e impulsos, información incompleta y decisiones en materias que poco conocemos nos llevan al error.

Y le agregamos segundo supuesto, es imposible no influenciar las decisiones que toman las personas. Cierto, obviamente cierto.

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Ambos supuestos te los comprueba este libro, y el conocerlos te deja con dos razones para leerlo:

Si trabajas en el diseño de un producto, de una página, de una empresa, si trabajas en el gobierno diseñando políticas públicas, esta libro es obligatorio. Porque el leerlo no sólo te hace caer en cuenta del poder tan grande que tenés, sino de la responsabilidad que eso conlleva. Una vez lo dimensionas, Nudge te dará herramientas para enfrentar mejor esos dilemas que tenés al frente como Arquitecto de Elecciones. Vaya término que también propone el libro, para esos que tenemos la responsabilidad de organizar el contexto en el que las personas toman decisiones.

Verás ejemplos que van desde dónde debería estar la ensalada en la cafetería del colegio, hasta qué tan automática debería ser la donación de órganos. (Y para los startuperos, marketereos, growtheros, si el checkbox para unirse a tu lista de email debería ser opt-in o opt-out).

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Para el resto de mortales Nudge no es obligatorio, pero sí muy recomendado. Es un libro como Thinking, Fast and Slow, que te convierte en una persona más fuerte, o menos vulnerable, al mostrarte tantos puntos débiles que tenemos. Te sorprenderá lo manipulable que somos y aprenderlo te enseñará a defenderte. Tan sólo por eso, Nudge vale la pena.